Martina llega al ciudadanía de Treviu para transportar ...
Martina llega al ciudadanía de Treviu para transportar unos días. Al tiempo, parece que unos gamberros han entrado en el antiguo cementerio y han cambiado unos tumbas, dentro de una de ellas se encuentra la chica del ropa azul.
Junto de los aspectos que representan a las pequeñas ciudades es que todas se conocen y, por ello, se encargan legitimados para lograr creer sobre la existencia de las demás, es lo que tiene la confianza. ..
La autora se vale de unas certeras descripciones que enriquecen enormemente la lectura y que le dan un impulso al lector para poner de repleto en el relato. Es el encanto al significado de muy pocas personas, por lo dificultoso de lograr. Aquí queda genial plasmada.
Una ficción que nos muestra las secuelas derivadas de procurar descubrir algo que se ha mantenido en el olvido, comienzan a aparecer obstáculos que están tratando de detener las ansias de averiguar, aunque estas se ven incrementadas al tener la certeza de que algo exorbitante se oculta tras la verdad. Las amenazas se realizan para eludir que se vaya mas lejos, pero a veces consiguen el efecto opuesto. Nos puede el espíritu viajero y se nos remueve la vena del apreciar saber.
Todos y cada uno de los individuos se sienten auténticos, hay una enorme labor detrás de ellos.
El tomo es contado desde el criterio de la protagonista, cosa que la hace más próxima y deja una mayor tomas con todo ello.
Me ha resultado sencillo meterme en la trama y seguirla como si instaurará parte de la misma.
Los datos son bien cuidados y la narración me permitió una experiencia fluida y adictivo.
Hay gentes que con su apariencia y forma de hacer dejan un claro indicio de que algo esconden. Son personas a las que conviene controlar de cerca, con necesidad caso de ser cautos cuando se procura descubrir la verdad. Nunca sabemos como pueden defenderse, ni tampoco de qué tienen la capacidad para sostener bajo suelo temas del pasado.
Estudiar esta ficción se ve avistar un trazo claro en la lejanía, que lentamente se va aproximando, hasta entrar a deslumbrarte con su magnitud.
Todo el tiempo persiste un ambiente de secreto que te hace querer averiguar cada vez más y más. Es perfectamente sujetada página tras página, por lo que no puedes dejar de leer y te conduce en volandas hacia la más alucinante experiencia lectora.
Los albores son bien estructurados y te dejan centrarte único y exclusivamente en lo que Laia debe contarte.
Hay ratos en los cuales te es complicado creer en la gente que te rodea y aquello te puede transportar a cometer injusticias que alejen de ti a gentes que no lo ameritan. Una cuestión complicada de tramitar cuando un movimiento en ficticio puede definir tu propio más cercano futuro.
Estudiar todas y cada una de las delicadas frases de este texto es una verdadera delicia que te hace experimentar las ganas de recrearte durante un buen ratito mientras se separan entre tus pensamientos, creándote así mismo una golosina sensación de tranquilidad y confort.
Laia recrea con suerte las costumbres de un pueblo que, en mi coyuntura, me hicieron reír y que seguro que además una lectora y lector le traerán bonitos recuerdos que le transportarán hacia instantes ya vividos que van a poder deleitar de nuevo en sus mentes.
Una crónica que recrea a los amantes del apartado y a los que disfrutamos dándole vueltas una y otra vez a nuestros pensamientos para intentar descubrir lo sucedido antes de que nos sea revelado y que tan rara vez conseguimos, aunque no desistimos en el empeño. Es algo innato a nosotros.